divendres, 18 de març del 2011

Dimecres 15 d’abril de 2009

Nouvel, ni florece, ni convence


MARINA IMBERNÓN
BARCELONA. El Parc Central del Poblenou, la jungla romántica diseñada por el arquitecto Jean Nouvel, cumplió la pasada semana su primer aniversario, una efeméride más bien marchita; ni acaba de florecer como se prometió, ni ha convencido a unos vecinos que si ya pusieron pegas durante el diseño, ven ahora confirmado su temor. Ciertamente, el parque de Nouvel es muy poco utilizado.
El diseño del recinto ha recibido muchas críticas, una de las más fundamentadas de la CGT, que ha elaborado un informe sobre la estructura vegetal del parque donde deja en evidencia la obra del premio Pritzker. El arquitecto francés hizo una mala, por no decir nefasta, elección y, posterior, colocación de la vegetación, según el sindicato. Y es que la escenografía que Nouvel ha querido recrear en el parque obliga a las plantas y árboles a crecer de manera artifical y se aleja mucho de las reglas, técnicas y métodos permitidos por la jardinería. Un claro ejemplo son las trepadoras plantadas al pie de los árboles, cuyo crecimiento a lo largo del tronco acaba por estrangularlo.
Carísimo mantenimiento
Esto, sumado a tener que podar continuamente y al uso de especies que necesitan ser regadas muy a menudo, crea un «caldo de cultivo» para la aparición de enfermedades y plagas que sólo pueden remediarse con tratamientos fitosanitarios. No es de extrañar, entonces, que ya hayan aparecido en el parque hongos, insectos y algún que otro árbol muerto, según denuncia la CGT. El mantenimiento del jardín supone pues un enorme gasto que ahora es asumido por la constructora pero a partir del año que viene pasará al Ayuntamiento.
Por lo que respecta al mobiliario, el informe concluye que el parque no está hecho para las personas sino «para los catálogos». El mobiliario, a parte de escaso, es incómodo. Es el caso de las sillas, metálicas e individuales, que además de pequeñas, «no aptas para una talla superior a la 42», están muy separadas las unas de las otras. La cosa cambia si en vez de sentarse uno quiere estirarse. Se puede hacer en los llamados «nius», unas confortables y cálidas planchas metálicas donde tenderse a aspirar el aroma de unas flores que, de momento, son inexistentes. Delicioso.
El informe de la CGT es exhaustivo, señalando también la escasez de papeleras, casi imposibles de divisar en todo el parque. Refrescarse o ir al baño también es tarea imposible: apenas se encuentra una fuente en todo el recinto.
No es extraño pues que un parque con un diseño tan exclusivo no acabe de convencer a la gente del barrio. Si se visita cualquier tarde de la semana, a diferencia del resto de parques del Poblenou, normalmente llenos de niños jugando, el de Nouvel está casi vacío. Apenas se pueden contar cuatro o cinco personas jugando al ping-pong y alguna que otra persona paseando al perro. Desolador.
Quizás, tal y como dijo Nouvel en la inauguración, habrá que esperar unos cinco años hasta que el parque acabe de tomar su forma definitiva. Los vecinos, sin embargo, no tienen tanta paciencia. En una nota hecha pública por la asociación de vecinos, ésta denunciaba que cualquier cambio en el parque lo tenga que aprobar Nouvel.
Además de lamentar la falta de un espacio infantil -en vías de solución, según el Consistorio-, alertaban sobre el coste de mantenimiento. El concejal del distrito, Francesc Narváez, acusó a los vecinos de exagerar, asegurando que las ocurrencias de Nouvel gustan a la mayoría. Sea como fuere, el vergel que prometió el arquitecto francés ni florece, ni convence. Zapatero a tus zapatos.

Article publicat en el diari ABC

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